Más allá de las zonas de bajas emisiones

12/01/23

Eduardo Palomares

Eduardo Palomares Gimeno, investigador del Instituto de Tecnología Química (UPV-CSIC)

Este año entra en vigor una de las medidas recogidas dentro de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y que consiste en la creación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en todas las localidades españolas con más de 50.000 habitantes. Estas zonas son áreas en las que se puede restringir el acceso a determinados vehículos debido a su poder contaminante. Estos vehículos serán normalmente los vehículos más antiguos que no cumplen las especificaciones medioambientales que la Unión Europea exige a los vehículos que se fabrican en la actualidad.

Para comprender el sentido y la utilidad de esta medida hay que tener en cuenta que en estos momentos el principal foco emisor de contaminantes atmosféricos en las grandes ciudades son los vehículos que circulan por ellas. Estos vehículos, en función del combustible utilizado y de su antigüedad, emitirán cantidades variables de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas de diámetro inferior a 10 y 2,5 micras (PM10 y PM2.5) que pueden causar diversos problemas al medio y a la salud humana, siendo necesario el control de los mismos. El objetivo de las ZBE es desincentivar el uso de los vehículos más contaminantes en las zonas más densamente pobladas y en las que la dispersión de los contaminantes resulta más difícil debido a la trama urbana. Cabe esperar que, al disminuir el tráfico en estas zonas, disminuya también la emisión de contaminantes, pero es necesario complementar estas medidas con mejoras en el transporte público para evitar problemas a los habitantes y comerciantes de las ZBE, pues cualquier medida que se vaya a aplicar y que no cuente con la comprensión y el apoyo de la población que se ve afectada está condenada al fracaso.

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