La ciencia que no se cuenta, no cuenta. La que se cuenta, sí… y mucho
Luis Zurano, técnico Área de Comunicación-Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i)
Ya el viernes el recinto fue tomando forma; el Tinglado número 2 de La Marina de València empezaba a transformarse para dar vida a lo que, pocas horas después, sería un hervidero de gente a la que le unía un interés común: la pasión por la ciencia y la tecnología. Cuatro años y una pandemia después, la Universitat Politècnica de València celebraba el pasado sábado su Fira dels Invents.
Con los primeros rayos del día rompiendo en las aguas de la dársena, empezaban a llegar al Tinglado investigadores e investigadoras, estudiantes de Generación Espontánea, profesorado de nuestra universidad, dispuestos a mostrar sus resultados a todo el que se acercara hasta allí. La Fira reunió 30 estands, en los que se pudo conocer in situ el talento UPV en áreas como la construcción, la salud, agricultura, química o telecomunicaciones, entre otras muchas. Junto a ellos, diferentes talleres de divulgación sobre robótica, luz, puentes, logística o física. Y tanto en unos, como en otros, un denominador común: de nuevo, la pasión por la ciencia y la tecnología -la misma que la de los asistentes- pero aderezada con un ingrediente -fundamental- más: su pasión por contarla. Dice el gran Ignacio López Goñi, uno de los grandes divulgadores científicos del país, profesor e investigador de la Universidad de Navarra, que la ciencia que no se cuenta, no cuenta. Y el sábado ya lo creo que se contó.
Por el Tinglado pasó público de todo tipo, pero me vais a permitir que me quede con una historia, la de un chaval de no más de 10 años que se vino con su familia desde Teruel porque se había enterado de que se iba a celebrar esta feria y “no podía perdérsela”. La ciencia hay que contarla, hay que transmitirla, entre todas las personas que, de un modo u otro nos movemos en este mundo. El interés por ella, según la última encuesta de Percepción Social de la Ciencia que elabora FECYT, va en aumento. Pero queda bastante camino por recorrer.
Eventos como la Fira, en el que la ciencia salió a la calle, son importantísimos para que ese interés aumente y para que la ciencia cuente cada vez más. El trabajo en los laboratorios es fundamental, pero no se puede quedar entre sus cuatro paredes.
Hace ahora casi una semana, inundó uno de los edificios más emblemáticos de la fachada marítima de València. Y la respuesta fue masiva. ¿Interesa la ciencia? De eso no cabe duda. ¿Tenemos investigador@s, estudiantes comprometidos con la divulgación y con acercar su trabajo a toda la población? A las pruebas me remito. Es verdad que hay que todavía queda mucho camino -un investigador de los que se dio cita en el Tinglado así lo reconocía, y ponía como ejemplo a sus colegas germanos, “que se creen mucho más esto de la divulgación, de contar su ciencia para que cuente cada vez más”. Pero como canta Serrat poniendo acordes a los versos de Machado, se hace camino al andar. Y en este caso, al contar… la ciencia.