Así serán las señales del futuro
«Aunque predecir el futuro siempre es arriesgado, podemos imaginar que, en unos 5 años, las señales de tráfico se comunicarán directamente con el conductor a través de unidades de a bordo y dispositivos móviles».
Así lo cree Pietro Manzoni, investigador del Grupo de Redes de Computadores del Departamento de Informática y Sistemas de Computadores de la Universitat Politècnica de València (DISCA-UPV) cuyo equipo, en colaboración con expertos de la Universidad Nacional de Tsing Hua (Taiwan), ha ideado un nuevo prototipo de sistema de comunicaciones señal-vehículo que facilitaría el intercambio de información entre todos los usuarios de las carreteras y destaca por su bajo coste, fácil instalación y escalabilidad.
Interactuarán automáticamente con los vehículos
Para Manzoni, en un lustro, «nuestras autopistas, autovías y carreteras, tanto urbanas como rurales, serán inteligentes, y las señales de tráfico interactuarán de forma transparente y automática en las pantallas o salpicaderos de todos los vehículos».
«Así», prosigue, «ante una modificación normativa no será necesario cambiar las señales de tráfico desplegadas en las vías de circulación, como acaba de ocurrir recientemente al limitar la velocidad máxima a 90 km/h en vías secundarias. De hecho, además de proporcionar información directa al conductor, se cambiarán y se adecuarán al entorno, condiciones climáticas, etc. en tiempo real. Así serán las carreteras y señales del futuro».
Abre la puerta a una red de radares permanentes asociados
El prototipo diseñado está compuesto por un ordenador empotrado tipo Raspberry Pi, una batería y una antena, y se comunica con cualquier vehículo dentro de su radio de alcance para indicarle la ubicación de la señal, su significado, y la dirección del tráfico en la que la señal es aplicable. Al recibir dicha señal, el vehículo la presenta al conductor en el salpicadero, o en dispositivos móviles personales para ofrecer información de forma automática y no intrusiva.
«El sistema propuesto», indica Juan Carlos Cano, también investigador del GRC-DISCA de la UPV, «envía información de forma bidireccional. De este modo, permite transmitirla tanto desde las señales de tráfico hacia el conductor, como a la inversa, lo que abre el abanico de posibilidades hacia un conjunto de aplicaciones que permitirían la monitorización en tiempo real del cumplimiento de las normativas de seguridad vial por parte de los usuarios. Sería algo así como disponer de una red de radares o guardias de tráfico permanentes asociados a las señales».
Además, las señales podrían ser actualizadas remotamente mediante tecnología 5G, lo que aceleraría muchísimo cualquier necesidad de cambio a gran escala, abaratando el coste asociado en varias órdenes de magnitud respecto al proceso actual, totalmente manual.
Mejor gestión del tráfico y reducción del error humano
Según Cano, las soluciones existentes en el mercado, hasta el momento, están basadas en las tradicionales señales de tráfico estándar o en pantallas de leds configurables, disponibles solo en grandes vías y en ámbitos urbanos. Además, según explica, vehículos de alta gama ya incorporan sistemas que, a partir de cámaras, son capaces de interpretar la información las señales de tráfico instaladas en las vías.
«Lo que hace nuestro prototipo es procesar todos los datos registrados por las señales, como por ejemplo, la densidad del tráfico, las condiciones meteorológicas, etc. Y, a partir de ella, envía a los vehículos las órdenes y recomendaciones adaptadas al entorno, al tiempo que transmite información de los conductores a las señales», añade Cano. De este modo, el prototipo responde a dos premisas fundamentales: ayuda a incrementar la seguridad vial y la gestión del tráfico, y facilita la asistencia a los conductores, siempre en tiempo real.
«Con este tipo de dispositivos, se reduce el error humano», afirma Manzoni. «Por ejemplo, actualmente, puede darse el caso de que no veas una señal en días de niebla espesa. Este tipo de dispositivos hace que las carreteras hablen, por lo que se puede programar una alerta de audio o un mensaje en el salpicadero que, sin desviar la atención del conductor, le permita recibir esa información y reaccionar de forma natural».
Caso práctico e implantación
Como caso práctico, los investigadores se sitúan en el entorno de un colegio. Carlos Tavares, investigador del GRC-DISCA de la UPV, explica que, en él, «la densidad del tráfico es muy diferente a las horas de entrada o salida de los centros que durante las horas de clase. Así, la señal puede variar en función del tramo horario, pasando de un stop a un ceda el paso, modificando la velocidad máxima permitida o cambiando los intervalos de verde/rojo de un semáforo. El objetivo es que las señales hablen directamente con los vehículos y que ayuden a los centros de gestión de tráfico, para adaptar las señales en tiempo real».
Para validar el prototipo desarrollado, los investigadores prevén que el sistema pueda ser desplegado en entornos críticos tales como puntos negros y zonas de baja visibilidad. «Una vez validado, y vistos los resultados estamos seguros que su generalización será solamente una cuestión de tiempo», concluye Manzoni.
El trabajo de los investigadores de la UPV y la Universidad Nacional de Tsing Hua ha sido publicado en la revista IET Networks.