Cinco Premios Nobel visitan la UPV
Cinco Premios Nobel, miembros del jurado de los Premios Rey Jaime I, participan el próximo lunes, 6 de junio, en tres encuentros que tendrán lugar en los campus de Vera y Gandia de la Universitat Politècnica de València. Los actos están organizados conjuntamente por la UPV, la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (FVEA) y la Fundación Premios Rey Jaime I.
El primero de los encuentros se celebrará a partir de las 10 horas, en el auditorio de la Ciudad Politécnica de la Innovación, parque científico de la UPV y contará con la presencia de Werner Arber, premio Nobel de Medicina en 1978, y Steven Chu, premio Nobel de Física en 1997. Arber y Chu compartirán coloquio con seis jóvenes investigadores del Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia (iTEAM) de la UPV. Debatirán sobre los últimos avances en sus respectivos campos, así como del estado actual de la ciencia y tecnología, la carrera de investigación o la política científica, entre otros temas.
En Gandia, el protagonista será el profesor y biólogo israelí Avram Hershko, galardonado con el premio Nobel de Química en 2004. Hershko impartirá una conferencia en la que repasará su trayectoria y explicará sus aportaciones a la investigación sobre el cáncer y las enfermedades raras. El encuentro tendrá lugar a las 10.30 h en la sala de conferencias del campus. En ambos casos, la asistencia es libre y gratuita hasta completar aforo.
Por último, Venkatraman Ramakrishnan, premio Nobel de Química en 2009, y Richard J. Roberts, premio Nobel de Medicina en 1993, mantendrán, desde las 10 horas, una reunión-coloquio con los investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) y una posterior charla con jóvenes científicos de este centro mixto de la UPV y el CSIC. El acto cerrado al público se celebrará en la sala de juntas del IBMCP.
Werner Arber y los «cuchillos» para la manipulación genética
Microbiólogo suizo, nacido en 1929, Werner Arber recibió el premio Nobel de Medicina en 1978, junto a los doctores Daniel Nathans y Hamilton Smith, por el descubrimiento de las enzimas de restricción y el establecimiento del método para su aplicación en genética molecular. Las enzimas de restricción pueden ser consideradas unos verdaderos cuchillos para la manipulación genética.
Los trabajos de Arber sirvieron para explicar el funcionamiento a nivel bioquímico de los mecanismos de defensa de las bacterias frente a virus invasores. A principios de los 60, el microbiólogo suizo descubrió que las bacterias liberan dos tipos de enzimas para neutralizar el ataque de un virus: las denominadas enzimas de restricción, que son capaces de identificar partes del ADN del virus y cortarlas para desactivarlas, y las enzimas de modificación, que se encargan de alterarlas e inutilizarlas.
Como curiosidad, el día en que le concedieron el Nobel, la Academia Sueca no hubo manera de localizar a Werner Arber. «Salió con su familia de vacaciones por los Alpes suizos. No dejó dirección y, sencillamente, no podemos encontrarlo», explicaron en la secretaría de la Universidad de Basilea, donde trabajaba entonces.
La trampa atómica de Steven Chu
Físico americano, nacido en 1948, Steven Chu fue premiado con el Nobel de Física en 1997 por su descripción de métodos para el enfriamiento y atrapado de los átomos a través de luz láser. Sus investigaciones han permitido el estudio de fenómenos fundamentales y medir magnitudes físicas importantes con una precisión increíble.
En 1985, Chu y sus colegas emplearon una matriz de haces láser entrecruzados para crear un efecto que llamaron melaza óptica, que frenaba la velocidad de los átomos objetivo desde 4.000 km/h a tan solo 1 km/h, como si los átomos se desplazasen por una densa miel. La temperatura de los átomos frenados se aproximaba al cero absoluto. El equipo también desarrolló una trampa atómica usando láseres y bobinas magnéticas que les permitieron capturar y estudiar los átomos enfriados.
Chu ha promocionado el uso de energías alternativas por todo el mundo con el objetivo de hacer de la energía solar algo práctico, comercial y accesible; y ha contribuido a la creación de un centro de investigación sobre biocombustibles como el bioetanol. En diciembre de 2008, Chu fue elegido por Barack Obama para ocupar el puesto de secretario de Energía de los Estados Unidos.
Avram Hershko. Proteínas que dan el «beso de la muerte»
Avram Hershko (Hungría 1937) descubrió el proceso de degradación de las proteínas por mediación de las ubicuitinas, encargadas de «marcar» a proteínas para que sean destruidas en lo que se ha denominado como el beso de la muerte. Así marcadas, son reconocidas por las trituradoras de basura celulares (proteosomas) que, antes de eliminarlas, les retira la etiqueta (ubicuitina) que se vuelve a usar para marcar otra proteína camino del basurero.
La vida media de las proteínas va desde muy pocos minutos hasta semanas o en algunos casos meses. Hershko desveló que este ciclo de reciclaje se orquesta con la más delicada precisión suiza, y ese logro le valió el premio Nobel de Química junto a los también científicos Aaron Ciechanover e Irwin Rose.
Todo ello ha sido clave para la investigación en el cáncer, el envejecimiento y algunos procesos degenerativos asociados a la edad. La ubicuitina, fundamental para el funcionamiento del sistema inmunológico del ser humano, está siendo ya analizada para hacer de ella una diana terapéutica que permita el desarrollo de fármacos frente a diversas enfermedades.
Venkatraman Ramakrishnan: «Vamos a ser famosos»
Venkatraman «Venki» Ramakrishnan (India, 1952) obtuvo el Premio Nobel de Química 2009 por sus estudios sobre la estructura y función de los ribosomas, la máquina microscópica que transforma el código genético en proteínas, como las que transportan el oxígeno en la sangre o los anticuerpos que eliminan a los microbios malignos.
Venki Ramakrishnan alcanzó la cima de su carrera en EE UU. en el año 2000, cuando vio clara la estructura del ribosoma, se puso a bailar y anunció a sus colegas: «Vamos a ser famosos». Y es que el conocimiento de los mecanismos implicados en la síntesis de proteínas que realizan los ribosomas es esencial para el desarrollo de nuevos antibióticos. El premio Nobel reconoció así los estudios de uno de los procesos centrales de la vida: la traducción que realizan los ribosomas de la información del ADN.
El ganador del Nobel de Química es un enamorado de la cultura española. Habla un castellano muy correcto y disfruta con el cine y la literatura española y latinoamericana.
Richard J. Roberts y el orden discontinuo
Biólogo molecular británico, nacido en 1943, recibió el premio Nobel de Medicina en 1993 junto a Philip Sharp, por el descubrimiento de los «genes divididos» (split genes). Su hallazgo obligó a una revisión completa de la genética. «Nadie podría prever que se trataba de uno de esos descubrimientos que se dan una vez en la vida, cuando se derriba un dogma», explicó entonces Roberts.
Roberts y Sharp estudiaron el material genético del adenovirus responsable de las infecciones de las vías respiratorias y concluyeron que la información genética contenida en el gen estaba organizada de manera discontinua en el material genético.
Luego intentaron comprobar si eso se repetía en otros virus y en las células ordinarias. Se pudo así establecer que la estructura interrumpida es corriente entre los genes de organismos superiores.
Richard J. Roberts es también conocido por su postura crítica con la gran industria farmacéutica y por su activismo a favor de que los gobiernos potencien la investigación con fondos públicos.
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Date: 06/06/2016