Huella de nitrato cero: produciendo fruta de un modo sostenible
Pedro Beltrán Medina. Profesor ETSIAMN-Director de la Cátedra Frutinter – UPV
La contaminación de origen difuso de las masas de agua superficial y subterránea es un problema muy extendido en la mayor parte de las cuencas españolas. En particular, este hecho se pone de manifiesto por las elevadas concentraciones de nitratos que se registran en determinadas masas de agua, consecuencia de los excedentes de productos inorgánicos u orgánicos usados como fertilizantes. Este hecho es especialmente preocupante cuando alcanza a aguas que se destinan o vayan a destinarse al abastecimiento de la población, relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano.
En España, el nitrógeno agrícola representa un problema muy importante acrecentado en las últimas décadas, especialmente en regiones con grandes superficies agrícolas como en la costa mediterránea, las cuencas del Ebro, Guadiana y del Guadalquivir y las regiones interiores de Castilla-La Mancha. Aproximadamente, el 60 % de las masas de agua subterránea existentes están afectadas por la contaminación difusa por nitratos, en el que la lixiviación de nitratos por la aplicación de fertilizantes nitrogenados en las parcelas agrícolas es la causa principal de esta situación.
Ahora bien, no se trata de un problema que en el ámbito continental afecte solo a España. La Unión Europea considera la contaminación de origen difuso como un problema central en sus políticas ambientales y agrarias. Por ello, ha planteado estrategias europeas al respecto, como la denominada «de la granja a la mesa» alineada con la Estrategia de Biodiversidad para 2030, englobadas en el Pacto Verde Europeo, que contribuyen a afrontar este problema. Estas líneas de acción marcan, entre otros objetivos, una reducción de las pérdidas de nutrientes del 50 %, que supondrá, según dicho documento, una reducción del 20 % en el uso de fertilizantes.
La Directiva Marco del Agua (DMA 2000/60/CE) del Parlamento Europeo establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas, que insta a los Estados Miembros para que sus aguas (continentales, subterráneas, costeras y de transición) presentaran un buen estado ecológico para el año 2015, o en su defecto para los horizontes 2021 o 2027.
En el año 2022 se aprobó el Real Decreto 47/2022, de 18 de enero, sobre protección de las aguas contra la contaminación difusa producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias. Este real decreto tiene por objeto establecer las medidas necesarias para reducir la contaminación de las aguas superficiales continentales, las aguas de transición, las aguas costeras y las aguas subterráneas, causada por los nitratos procedentes de fuentes agrarias. Los límites se han hecho aún más restrictivos: 37,5 mg/l de NO3- para las Aguas subterráneas.
El objetivo fundamental es conseguir un estado nutricional óptimo en los cultivos (conducente a la máxima productividad y calidad) minimizando los aportes y las pérdidas por lixiviación. Por todo ello, es imprescindible disponer de herramientas que permitan estimar la respuesta de la planta al programa de fertilización aplicado de forma continua y no solo referido a un momento determinado del ciclo fenológico, lo que permitiría ajustar los fertilizantes en cada momento del ciclo a las necesidades de la planta.
Para controlar que no se produce este tipo de vertido al medio, hemos desarrollado una metodología específica de implementación de la huella de nitrato, que se basa en el empleo de sondas que detectan la migración del nitrógeno en la zona no saturada. Dichas sondas, se han ubicado estratégicamente en aquellos puntos donde existe un mayor riesgo de contaminación por lixiviado.
Así, desde la Cátedra Frutinter-UPV, hemos demostrado que se puede producir fruta de un modo sostenible, sin contaminación de nitratos en las aguas subterráneas y superficiales. Sin duda, esto abre muchas posibilidades para la producción de cultivos y nos acerca a una agricultura tecnificada y digitalizada que produce fruta sostenible. En el presente y en el futuro, el regadío o es sostenible o no será regadío, y para que exista esa sostenibilidad se requerirá seguridad del recurso, eficiencia del recurso y sostenibilidad medioambiental del uso del recurso.
Reitero mi felicitación a todos los premiados y mi agradecimiento a los que habéis querido compartir conmigo este momento en especial a mi familia, al equipo y a todos los miembros del CRBC y del IRP y a mis incondicionales amigas y amigos.
Va a ser muy difícil, es decir imposible olvidar este día.
Con todo mi cariño
Gracias.