Objetivo: conseguir berenjenas más resistentes al cambio climático
Investigadores de la Universitat Politècnica de València están liderando un proyecto internacional cuyo objetivo final es ayudar a obtener berenjenas adaptadas al cambio climático, resistentes a condiciones extremas de temperatura y sequía, así como a diversas patologías.
Se trata del proyecto EggPrebreed, que está coordinado por el Instituto Universitario de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la UPV, y en el que participan también expertos de la Universidad de Peradeniya (Sri Lanka) y la Universidad Félix Houphouët-Boigny (Costa de Marfil). EggPrebreed forma parte de la iniciativa global “Adaptando la Agricultura al Cambio Climático: Coleccionando, Protegiendo y Preparando los Parientes Silvestres”, que es dirigido por el Global Crop Diversity Trust con el Millennium Seed Bank of the Royal Botanic Gardens, Kew, UK, y está financiado por el Gobierno de Noruega.
El cultivo de berenjena es uno de los más importantes a nivel mundial, fundamentalmente en las zonas tropicales y subtropicales. Está catalogado como uno de los treinta y cinco más importantes para la seguridad alimentaria y como tal, se incluye en el Anexo 1 del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura.
El proyecto se centra fundamentalmente en la adaptación al cambio climático de este cultivo en países del sudeste de Asia y África Occidental, zonas especialmente vulnerables frente al cambio climático, y en el que la berenjena es un cultivo muy importante. Para ello, desde el COMAV de la UPV están trabajando en el cruzamiento de especies silvestres con variedades propias de la zona, como estrategia previa al desarrollo de nuevas variedades (pre-mejora de berenjena).
Hasta el momento, han obtenido 58 híbridos distintos a partir del cruzamiento entre variedades autóctonas de berenjena y diferentes especies silvestres, procedentes de África, Oriente Medio, Sudeste Asiático y América, capaces de crecer en condiciones extremas, desde temperaturas diurnas superiores a 35 grados a nocturnas por debajo de los cero grados, a zonas desérticas, etc. Entre ellas, trabajan con Solanum incanum y Solanum torvum.
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