La mayoría de aplicaciones de tableta para niños de entre 2 y 5 años no aprovechan todas sus capacidades motoras
La mayoría de juegos infantiles interactivos para tabletas dirigidas a niños de entre 2 y 5 años no explotan todas las habilidades motoras de los más pequeños. Esta es la conclusión principal de un estudio desarrollado por investigadores de la Universitat Politècnica de València y publicado en la revista International Journal of Human Computer Studies.
“En nuestro estudio queríamos evaluar el uso y potencial de las tabletas interactivas en educación infantil y las características de las aplicaciones comerciales interactivas que hoy encontramos en el mercado”, apunta Javier Jaén, investigador del Grupo de Ingeniería del Software y Sistemas de Información-DSIC de la UPV.
En total, los investigadores analizaron un total de 100 app educativas. La práctica totalidad de las aplicaciones evaluadas –el 99%– utilizaban como mecanismo de interacción la acción de pulsar y un 56% el arrastre de objetos de un lugar a otro de la tableta.
Capaces de ejecutar más acciones
Posteriormente, los investigadores hicieron un experimento para evaluar qué gestos son capaces de hacer los más pequeños en una superficie multitáctil. Los resultados fueron concluyentes: sin ninguna técnica asistida, los niños eran capaces de ejecutar otras acciones, más allá del pulsar la pantalla o arrastrar, como el zoom in o zoom out, y la rotación de objetos con un dedo. Sí que les resultaba más complicado el doble tap –pulsar– o el tap prolongado, y la rotación con dos dedos, en ocasiones por cuestiones motoras, y en otras porque necesitan más tiempo para ejecutar la acción.
“En cualquier caso, la conclusión de este trabajo es que, en general, las aplicaciones minusvaloran las capacidades motoras de los niños, que en edades tempranas son capaces de hacer prácticamente todo el espectro de gestos. De aquí se deriva que se pueden diseñar app para niños muchísimo más ricas. En ocasiones, la tecnología va por detrás de las propias habilidades de los más pequeños”, concluye Javier Jaén.