Obtienen plantas de tabaco que producen hasta siete veces más cantidad de almidón
Investigadores del Instituto COMAV de la Universitat Politècnica de València y del Instituto de Agrobiotecnología (centro mixto de la Universidad Pública de Navarra, Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Gobierno de Navarra) han obtenido plantas de tabaco capaces de fabricar hasta siete veces más cantidad de almidón que una planta convencional. Entre sus aplicaciones, podría ser de gran utilidad para la producción de biocombustibles de segunda generación. Los resultados de este trabajo fueron publicados en Plant Biotechnology Journal.
La clave del aumento en la producción de almidón de esta planta reside en la sobreexpresión de la proteína tiorredoxina. “Estas proteínas están normalmente presentes en las hojas de las plantas pero si las sobreexpresamos, se modifica su regulación natural y lo que se observa es que comienzan a acumular almidón de forma masiva, hasta siete veces más de lo normal”, explica José Mª Seguí, del Instituto COMAV de la Universitat Politècnica de València. Para la obtención de esta nueva planta, los investigadores han transformado únicamente los cloroplastos de las hojas, lo que evita cualquier posible riesgo de liberación del transgén mediante el polen.
La parte principal del proyecto desarrollado dentro de la tesis doctoral de Ruth Sanz Barrio, bajo la dirección de la Dra. Inmaculada Farran, se llevó a cabo en el Instituto de Agrobiotecnología, donde se han generado y caracterizado las nuevas plantas; por parte del COMAV de la UPV, su trabajo se centró en la caracterización de dichas plantas a nivel microscópico.
Biocombustible de segunda generación
Según apunta José Mª Seguí, el resultado que se ha obtenido en este estudio puede contrarrestar el descenso en el consumo de esta planta, dándole salida como materia prima para la producción de biocombustible de segunda generación (los que utilizan material vegetal no destinado a consumo humano).
“Este trabajo ofrece una respuesta a la creciente demanda de combustible por parte del mercado. Y es que, ese 700% más de almidón que produce estas plantas, una vez hidrolizado, puede llegar a generar cinco veces más azúcares fermentables, que son los utilizados para generar los biocombustibles”, explica José Mª Seguí.
Por otro lado, más allá de su aplicación industrial, esta tecnología permitiría también aumentar las propiedades nutritivas de los cultivos forrajeros para animales.