TRADITOM: definir y revalorizar más de 1200 variedades tradicionales de tomate (H2020-SFS-07a-2014 nº 634561)
El Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) – centro mixto de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) – lidera un proyecto europeo que tiene como objetivo la definición y revalorización de las más de 1.200 variedades tradicionales de tomate, así como la mejora de su competitividad en el mercado global.
TRADITOM, que también cuenta con la participación del Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV-UPV), aglutina a un equipo de científicos pertenecientes a 16 instituciones de países distintos, cuenta con una financiación de 4,3 millones de euros y se desarrollará durante los próximos tres años bajo la coordinación de Antonio Granell, profesor de investigación del CSIC.
Fuente de nutrientes, vitaminas y antioxidantes
El tomate es la segunda planta más consumida en la Unión Europea y una fuente de nutrientes, vitaminas y antioxidantes en la dieta de muchos de sus habitantes. Pese a tratarse de un vegetal originario del continente americano, existen multitud de variedades desarrolladas por los agricultores europeos desde que las primeras expediciones al ‘nuevo mundo’ trajeron las semillas de tomate a Europa en el siglo XVI.
Antonio Granell explica que “el cultivo de las variedades tradicionales de tomate se ha reducido en las últimas décadas para dar paso a los cultivos modernos, uniformes y de alto rendimiento. No obstante, las variedades tradicionales están a menudo asociadas con mejores cualidades de sabor e, incluso, podrían resultar más adaptables a determinadas condiciones ambientales, proporcionando mejor sabor y conservación que la ofrecida por las variedades comerciales”.
¿Por qué son mejores las variedades tradicionales?
El objetivo del proyecto es revalorizar la diversidad genética almacenada en las variedades tradicionales de tomate y aumentar su resistencia, con el fin de evitar su total reemplazamiento por las técnicas modernas de producción de cultivos.
TRADITOM busca generar una base científica en torno a las variedades tradicionales de tomate que explique, por ejemplo, por qué son mejores que los cultivos modernos, y poder así transmitir este conocimiento a los agricultores que los cultivan.
Un recurso genético sin explotar y de vital preservación
“Creemos que las variedades tradicionales de tomate representan un recurso genético sin explotar”, afirma Granell, “y que su preservación es de importancia máxima para poder garantizar una diversidad agrícola que asegure el futuro de la seguridad alimentaria y la salud, así como las nuevas demandas de los consumidores”.
“El cultivo de las variedades tradicionales de tomate también tiene un impacto en la economía local. Sin embargo, a día de hoy, apenas disponemos de información relativa a las mismas, sobre cuáles se están cultivando, su composición genética o su calidad”, concluye Granell.
Investigadores, empresas y asociaciones de productores, de la mano
El proyecto plantea aplicar novedosas aproximaciones genéticas combinadas con una caracterización exhaustiva de las propiedades agronómicas y funcionales con objeto de definir las más de 1.200 variedades tradicionales de tomate.
La influencia de las prácticas de cultivo en las características de los frutos producidos por las diferentes variedades es también objeto de estudio en TRADITOM, que cuenta para ello con la participación de asociaciones de productores de España, Italia y Grecia.
La participación, junto al CSIC y la UPV, de grupos de investigación de la Universidad Miguel Hernández, la Fundación Miguel Agustí y la Universitat Politècnica de Catalunya, así como del sector productivo representado por la empresa de semillas Meridiem Seeds, y diversas asociaciones de productores como la Associació de Productors i Comercialitzadors de la Tomata de Penjar d’Alcalà de Xivert, los asociados de la Unió Protectora d’El Perelló, Conca Tordera y Progrés-Garbí, evidencian la importancia del proyecto en nuestro país.
TRADITOM une así, en un esfuerzo interdisciplinar, a un conjunto de asociaciones de agricultores, empresas del sector de los cultivos e instituciones científicas, en un proyecto conjunto que combina la investigación académica con el conocimiento tradicional y el estudio del mercado.