Las zonas de bajas emisiones (ZBE) solo son posibles con la restricción del tráfico

27/10/23 Jose Vicente Oliver y Edgar Lorenzo Prof. Dr. José Vicente Oliver y Dr. Edgar Lorenzo. Grupo de Investigación ITACA-ICTvsCC (UPV) La pasada semana el Ayuntamiento de València comunicó definitivamente su decisión de no restringir el acceso de vehículos al centro de la ciudad, argumentando que su servicio de Movilidad dispondría de un informe que pondría en evidencia que en ningún barrio de la ciudad se superan presuntamente los niveles de contaminación, “aunque sí habrá restricciones cuando la polución se dispare”, lo que se valora como “una posibilidad remota”.[1] Desde el Grupo de Investigación de Tecnologías de la Información contra el Cambio Climático (ICTvsCC) de la Universitat Politécnica de València ponemos a disposición del Ayuntamiento los resultados de todas las investigaciones que hemos desarrollado durante los últimos años, que demuestran claramente y con el máximo rigor científico que no limitar el acceso a vehículos contaminantes en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) es precisamente no implementar una ZBE, siguiendo los límites de contaminación establecidos por la Directiva 2008/50 de la Comisión Europea. Desde el año 2017 la UPV, en colaboración con la ONG Mesura, lleva desplegando anualmente una red de sensores de dosimetría pasiva con más de 600 unidades distribuidas por toda la ciudad. En base a estas mediciones, en el año 2021, el grupo de investigación ICTvsCC de la UPV, coordinado por su director, el catedrático José Vicente Oliver, junto a investigadores del Joint Research Center de la Comisión Europea, publicó un estudio en el que se demostraba que en 22 barrios de los 69 monitorizados se superaron ampliamente los niveles de contaminación de NO2, como principal gas contaminante y referencia de medida de la calidad del aire. Esto implica que más del 34% de los ciudadanos y ciudadanas de València viven en zonas donde la contaminación atmosférica representa un serio riesgo para las enfermedades cardiorrespiratorias, al superar ampliamente el límite de los 40 mg/m3 de NO2 establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La siguiente figura muestra los resultados obtenidos para las mediciones durante los años 2017, 2018 y 2019. Esta investigación fue publicada por la revista científica Environmental Research Letters de alto impacto mundial (Q1) y de libre acceso.[2] Además, el estudio se puede consultar en el propio repositorio de la Comisión Europea.[3] A partir de entonces, los investigadores de la UPV han seguido profundizando en esta línea de investigación mediante un proyecto estratégico de I+D sobre la monitorización de la calidad del aire (AirLuisa), financiado por la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), coordinado por el Dr. Edgar Lorenzo. En el proyecto AirLuisa han colaborado empresas, universidades y centros tecnológicos durante los últimos tres años. Además de los datos ofrecidos por las estaciones fijas y la red sensores desplegados por toda la ciudad, el equipo de investigación también ha aplicado sistemas de teledetección satelital del programa Copernicus y ha incluido los modelos de la intensidad y frecuencia del tráfico rodado en València. Según explica el Dr. Lorenzo, directamente tras la pandemia, ya en el año 2021, se superaron nuevamente los niveles de contaminación recomendados por la OMS y la propia Directiva Europea. La calidad del aire recuperó los niveles de contaminación previos a la pandemia. Así, un 40% de las ubicaciones monitorizadas superaron los niveles fijados por Europa y la OMS. La siguiente figura muestra la distribución media de la concentración de NO2 en la ciudad en todo el año 2021 mediante un mapa de calor, en el que se puede apreciar claramente la coincidencia de las zonas con alta densidad de tráfico, sobre todo los accesos a la ciudad, con las zonas más contaminadas. Esta evolución de la contaminación atmosférica en València se confirma y demuestra con los últimos datos medios obtenidos para la totalidad del año 2022, en el que hasta el 49% de las mediciones realizadas superaron los límites fijados. Esto implica que a día de hoy, la población de 34 de los 70 barrios monitorizados vive en zonas donde la calidad del aire representa un serio riesgo para la salud.  Así, los barrios con mayores niveles de contaminación son la Ciutat Fallera, Torrefiel, la Roqueta, Arrancapins, Vara de Quart, Sant Isidre y la Fonteta de Sant Lluis, que incluso en algunos casos doblan los límites tolerados, tal como se muestra en el siguiente mapa. Según el profesor Oliver y en base a todos los resultados obtenidos y analizados por el grupo de investigación que dirige, el tráfico es la principal fuente de emisión de gases y partículas contaminantes en nuestra ciudad, por lo que las ZBE solo pueden ser efectivas para la mejora de la calidad del aire y, por ende, para la salud de la ciudadanía, si se limita el acceso y el número de vehículos en las zonas más saturadas y contaminadas. [1] https://www.lasprovincias.es/valencia-ciudad/zona-bajas-emisiones-punto-muerto-20230929195918-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F [2] Lorenzo Sáez, E; Oliver Villanueva, J.V.; Lemus Zúñiga, L.G.; Coll-Aliaga, E.; Perpiñá Castillo, C.; Lavalle, C. (2021). Assessment of an air quality surveillance network through passive pollution measurement with mobile sensors. Environmental Research Letters, 5 (16): 1 – 12. DOI 10.1088/1748-9326/abe435 [3] https://publications.jrc.ec.europa.eu/repository/handle/JRC122114