Reflexiones y vivencias de nuestro paso por la COP28
Tomás Gómez Navarro, director del Instituto Universitario de Investigación en Ingeniería Energética de la Universitat Politècnica de València
Entre los días 30 de noviembre y 13 de diciembre se ha celebrado en Dubai la Conference Of Parties (COP) nº 28 para combatir el Cambio Climático. Un grupo de 4 estudiantes y yo hemos conseguido acreditación y hemos viajado subvencionados por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, en el programa “Generación Clima” para fomentar la participación de los jóvenes en las COP. El proyecto ganador que presentamos se llama Xaloc, y es una innovación del grupo Azalea de generación espontánea UPV, que compite exitosamente en los Solar Decathlon: https://www.upv.es/noticias-upv/noticia-14317-xaloc-es.html
Que ya llevemos 28 COP demuestra lo difícil que es cambiar de modelo de desarrollo, y ponerse de acuerdo para descarbonizar la economía mundial. Es legítimo y tentador decepcionarse por los objetivos no alcanzados. Pero hemos aprendido que a la COP no se le puede pedir mucho más. No olvidemos que bastante más de la mitad de la población vive en países que no comparten nuestra urgencia y preocupación. Y en nuestros países, la mitad de la población tampoco respalda las medidas de descarbonización. Menos mal que nuestra vieja Europa sigue pesando mucho diplomáticamente, ya que no tanto económica o demográficamente. Toca vigilar que se cumpla el acuerdo, es esencial para reconstruir la confianza en la política.
La COP es abrumadora para los novatos, aunque pronto aprendes a seleccionar lo más interesante -en nuestro caso lo más técnico- y a establecer alianzas para entrar a las salas correctas, establecer contactos o simplemente disfrutar de buen café o disponer de mesas con enchufes. Ha habido una zona azul de acceso restringido, donde se ha negociado y llegado a acuerdos, o no. Y una zona verde que actúa de foro paralelo y feria de innovaciones. Hemos estado más en la zona azul, participando en los eventos relacionados con nuestros temas, y asistiendo a las negociaciones y balances en sesión plenaria. Ha sido muy revelador escuchar los argumentos de unos y otros, los datos y contra-datos que se usan, o la combinación continua de derecho internacional, economía, ingeniería y geografía humana, por mencionar algunas disciplinas. Pero la zona verde era casi más interesante, es donde estaban los especialistas de la academia y las empresas debatiendo sobre los problemas y las soluciones.
Las jornadas son agotadoras, de 08:00 a 20:00 fácil, y frecuentemente incluso más. Los acuerdos se deben alcanzar por consenso, y son muy largos, incluyendo docenas de temas diferentes. Hemos visto cómo se discutía artículo a artículo en sesiones tensas con acusaciones cruzadas entre delegados de cada país de “no querer el acuerdo”. Alrededor de los delegados están lo lobistas, especialistas enfocados a conseguir objetivos concretos, que continuamente dan argumentos a favor o en contra, según avanzan las negociaciones. Se les ve reunidos por las mesas de trabajo o comida, preparando las intervenciones de los delegados. Nos cuestionamos si compensa ir a cumbres así; la huella ecológica es enorme, pero hemos visto la importancia de que las personas se reúnan. Somos animales sociales, en contacto negociamos más y mejor. Es curioso lo del factor humano, en la COP se decía que la vanidad de los emiratíes no permitiría que la cumbre fuera un fracaso. Se ha cumplido y creo que hay que sumar a las razones la presión de la enorme plaza pública que es la COP, podías sentir la exigencia. Ojalá hubiera COP para la migración, la droga, las guerras y tantos otros problemas globales.